Nuestras clases no giran en torno al libro de texto. Es una práctica muy habitual pedir a los alumnos que abran sus libros y presentarles información nueva a través de ellos. Lo primero que ven es una gran cantidad de información que para ellos es inabarcable. ¿Cómo reaccionan ante tanta información?

Este método también suele ocasionar que «el trabajo con el libro» suponga más del 50 % del tiempo de duración de la clase. Aunque se puede entender que se emplee este método, particularmente en el colegio, donde las aulas pueden alcanzar entre 25 y 30 alumnos, éste método contradice el modo natural en el que adquirimos una lengua. Nuestros hijos no adquirieron el español usando un libro. ¿Por qué les pedimos que aprendan otra lengua empleando uno?

Es cierto que «el trabajo con el libro» es un elemento esencial para consolidar cualquier tema ya aprendido, pero simplemente es un recurso más. Aquí, en Speak. Easy! no rechazamos «el trabajo con el libro», sencillamente nos aseguramos de que se limite el TIEMPO EMPLEADO con el libro, el volumen de trabajo. ¿Cómo?
Nuestra metodología avanza de manera gradual hacia el empleo del idioma posterior al libro. El vocabulario o los temas nuevos se presentan de manera visual, sin traducción y las estructuras gramaticales se refuerzan a través de actividades cooperativas antes de ser utilizadas en actividades de carácter oral que son guiadas a la vez a través de participación abierta. 

En ese momento ponemos el foco en que nuestros alumnos consigan una pronunciación competente ya que esto refuerza directamente la comprensión oral y facilita la posterior comprensión escrita del inglés.
La razón por la que nos centramos primero en la pronunciación antes de empezar a leer es porque el inglés y el español comparten las mismas letras o grafías, pero diferentes sonidos (fonemas) para cada una. Si no lo hiciésemos así y primásemos la palabra escrita, los sonidos de la lengua materna interferirían en los de la segunda lengua: es decir, tenderíamos a imponer sonidos españoles sobre palabras inglesas. ¡Si usted ha visto a cualquier turista leyendo el menú de un restaurante en español sabrá que esto ocurre también en dirección contraria! 

Las palabras, oraciones, preguntas y respuestas que se van a encontrar en el libro se repiten y se utilizan en actividades cooperativas antes de abrir los libros para evitar que haya posteriores pronunciaciones incorrectas y es en esta fase cuando los alumnos ponen en práctica su comprensión oral y escrita y su expresión oral (y escrita en niveles más altos) para alcanzar objetivos comunes y fortalecer su confianza a medida que lo hacen.
Ya con escasas posibilidades de cometer errores de pronunciación, podemos continuar a la fase final. Cuando llega la hora de usar el libro, los alumnos —previamente familiarizados con lo que se van a encontrar en él— ya son capaces de realizar las tareas con confianza, fluidez y en mucho menos tiempo. El mayor provecho en una clase de lengua extranjera se obtiene cuando se habla y se escucha o, dicho de otra forma, cuando los alumnos se comunican entre sí y con el profesor.

En Speak. Easy! entendemos que un libro no es ni será el profesor ideal de una lengua, aunque sí que es la mejor herramienta para consolidarla cuando se utiliza de forma correcta.
¡Hablar es fácil!